dissabte, 24 de novembre del 2007

agencia Denver detectives


Me encontraba en mi oficina, como cada tarde exceptuando los lunes, resolviendo unos asuntos que me revoloteaban como palomas desde hacía más o menos dos meses. Era como una sensación extraña que por fin entendí hoy. Mi secretaria, la señora Pil Arnavour, me había puesto en antecedentes a primera hora de la mañana, es decir, a mediodía: que si un telón que no sube, que si el pollo asado es del sábado y las pastas también, que si había un cadáver… Cuando llegué al lugar del crimen todavía crepitaba la bombilla que unos minutos antes alguien había encendido. Se mascaba la tragedia, lo presentía. El asesino estaba cerca. Llamé de inmediato a mi ayudante, Manel Denver, que vino en mi auxilio y me invitó a un café de máquina mientras se quitaba su abrigo para ponerse en faena. Es un profesional.
Después de casi cuatro horas de pesquisas descubrí que el vino y el pollo asado era de atrezzo y el café, y el señor Denver, incluso creo que yo también lo soy, porque ahora duermo en un almacén junto a unos fusiles, una bicicleta rota y una voz que me despierta cada cinco minutos con palabras inconexas y música canónica: “corrua…, vola…, anem burra…”
Se conoce que anoche me quedé hasta muy tarde en la taberna del paio Moe.


member of Tibidabo´s Orchestra

2 comentaris:

Natàlia Boix de Martínez ha dit...

menos mal!!!!!!!
finalment, ha arribat la república!
visca el vicent!

Natàlia Boix de Martínez ha dit...

Saps que a TV3 et contractarien com a guinista de la Zona Fosca?
T´ho dic per si mai falla l'Stradivarius.