dimarts, 4 de desembre del 2007

UNA MIKA DE FUM I PROU



El humo tiene muy mala prensa.
Se usa en tono despectivo para decir “el resto es humo”. Si viene de un cigarro, en según qué sitios es un delito. Te escuecen los ojos, incluso lloras como el público del jueves. El humo puede anunciar fuego, efluvios de alcantarilla en Nueva York, cristales empañados después de que dos amantes (o más) pongan a prueba su estado físico en un coche aparcado a las afueras de todo y de todos. El humo es alarma, lo que queda después de un bombardeo, de una tormenta de ideas. Sí, sólo humo. Otros lo llaman papel mojado. Mojado del vaho del humo. Pero en esa foto podéis ver cómo se dispersa. Está despejándose… Debe ser porque por aquí acaban de pasar unos actores que además de ganarse el pan, abren puertas en Besòs y Llobregat para que la corriente deje ver al fin que estamos en el teatro y que, precisamente porque aquí todo es mentira, de verdad que vale la pena hacerlo con dignidad.
No sois humo. Sois los que lo atravesáis cada día.

¡Visca la Re-púbica y la madre que os parió!